En un pueblito de unas 20 casas aislado en medio del campo vive Raulo, retrasado mental, leñador de 50 años; con Ercilia, su madre, curandera, senil; y Roberta, su hermana, la prostituta joven y favorita del pueblo. Ellos se cuidan y se quieren incondicionalmente. Pero ante la sensación que tiene Ercilia de proximidad de la muerte, le insiste a Roberta con una amenaza: si llega a tener relaciones con todos los hombres del pueblo, el pueblo la deshecha, la descarta, y ella muere. Y solo queda un hombre en el pueblo con quien no estuvo: Sicilio, el marido de la otra prostituta, que está enamoradísimo de Roberta. Pero si su esposa se entera de que estuvo con ella no dudaría en asesinarlo.
La Habana, 1933. Un científico vampiro, el profesor Van Drácula, ha emigrado a Cuba junto con su sobrino Joseph para trabajar en una fórmula que permita a los vampiros vivir bajo el sol. Su sobrino se ha criado en La Habana con la fórmula y junto a sus amigos cubanos, lucha contra el tirano Machado. El grupo de Vampiros Europeos, al conocer de la existencia de la fórmula, viajan a La Habana para apoderarse de ésta y monopolizar su producción y venta mundiales. Los Vampiros de Chicago (La Copa Nostra) quieren destruir la fórmula, pues el consumo de la misma pone en peligro sus negocios de casinos y playas subterráneas. Joseph, sin saber que él mismo es un vampiro, se ve envuelto en otra guerra: una guerra de vampiros por la fórmula.
Se cumplen 15 años de la desaparición de la niña Francesca, hija del reconocido recitador, poeta y dramaturgo Vittorio Visconti, y la comunidad se ve acechada por un psicópata encargado de limpiar la ciudad de aquellas “almas impuras condenadas”. Moretti y Succo, cuestionados por la ineficacia de la policía local, serán los detectives encargados de dilucidar el misterio que rodea a estos crímenes "dantescos". Francesca parece haber regresado, pero sin ser la misma niña que todos conocían.