La mujer que peleó toda su vida por mantener encendida la memoria de otros ha empezado a perder la suya: esa es la dolorosa paradoja que surca el documental con el que Natalia Bruschtein va al encuentro de su abuela Laura Bonaparte. Varios de los seres más queridos (su marido, tres de sus cuatro hijos, dos de sus yernos) le fueron arrebatados por el terrorismo de Estado a esta incansable luchadora, perteneciente a La Línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo, que militó desde siempre por los derechos humanos, en el país y también en el exterior –como observadora de Amnistía Internacional en campos de refugiados de El Salvador y la frontera con Guatemala; en el Líbano, en Bosnia–. Criada en México, Natalia registró a su abuela en sus últimos años, cuando la enfermedad le ganaba la batalla, pero aún a tiempo de reconstruir con ella su intensa historia. La registra en situaciones cotidianas, en reuniones familiares, mediante material de archivo que la muestra joven y aguerrida, narrando y denunciando el horror, y en entrevistas en las que asoma, como ramalazos de lucidez, la llama de esas otras vidas de cuyo recuerdo fue feroz guardiana.
Hace unos años, el soldado Ramírez participó en un crimen, allá en la profundidad del desierto. Asesinatos ordenados por su superior, el cruel oficial Zúñiga. Pasa el tiempo y un día Ramírez se encuentra con Zúñiga, ambos convertidos en civiles. La casualidad le está dando una chance a la conciencia atormentada del primero para reparar -o vengar- los hechos del pasado. O, quizás, la oportunidad sea para Zúñiga. Drama pausado y elíptico sobre el perdón, el dolor y la venganza en un sentido más universal que la simple anécdota.
Documental basado en una entrevista realizada a Leonardo Favio donde habla de su formación como director y su mirada sobre el cine, sumergiéndose en el mundo del realizador más influyente del cine argentino, recreando episodios de su vida y mostrando archivos inéditos que trascienden el género.
A los 40 años, Adriana tiene todo para ser feliz: dos hijos adolescentes y un marido que la quieren, un trabajo estable y el sueño cumplido de la casa de verano en la que se están instalando para pasar las próximas vacaciones. Sin embargo, cuando Juan, su marido, tiene que volver a la ciudad por cuestiones de trabajo, algo cambia. La casa no es el paraíso que prometía, sus hijos no necesitan tanto de ella y el contexto se vuelve hostil. En soledad, Adriana emprende un camino de introspección que la lleva a preguntarse si está viviendo la vida que quiere.
Una compleja semana en la vida de Alejandro. Un hombre de 55 años, solitario, frágil e impredecible que carga con la hostilidad de un pasado oscuro. Vemos a un hombre en busca de una nueva identidad que se extravía entre sus fantasmas y fijaciones. Un hombre que ha comenzado a desintegrarse peligrosamente y que ha subvertido su mirada de la realidad. Es una historia actual de un ex torturador que intenta reinterpretar su vida y darle un nuevo norte.